Sin vehemencia ni abuso
Cuando como hoy se diluye el control de la seguridad
ciudadana; es lógico que las protestas se den a viva voz, y que esta
estridencia perturbe el sueño.
Ante esta anomalía de gestion, es tonificante el detenerse
y mirar a tras para ver el camino andado y corregir; no para usar la vehemencia
y la fuerza para tapar los errores.
La buena gestion debe marcar el paso para el
crecimiento sostenido; no vale trastabillar porque la caída hace rodar, y se pierden
espacios en los objetivos, mermando lo ganado.
Todo cambio bueno o malo siempre salpica su esencia y
pinta la fotografía; por ello es necesario el invitar nombres de todas las banderas
para caminar derecho; porque después no habrá posibilidad de trucar el rechazo
y la credibilidad.
Para restaurar el orden y la seguridad ciudadana se
deben tomar estrategias con inteligencia; para desechar
lo inservible del momento, y aperturar políticas que rompan la indiferencia
enquistada en todas las instancias de gestion, y de la ciudadanía.
Hay tiempo aun para tomar la bandera e izarla en
acciones de liderazgo; es necesario para ello romper la apatía y ajustarse la
correa; porque el remanente del camino es corto, y hay que ensuciarse los
zapatos; debe entenderse que las voces plañideras, son solo eso y no tienen
valor de responsabilidad en la gestion, porque hay uno solo, y es el que marcha a la cumbre o al precipicio.
UNIDOS
PODEMOS