PARA NO PRECIPITAR LA CAIDA
Con la aventura o los sueños de gobernar un país, una
región o un municipio, se asumen totalmente las responsabilidades de gestion.
Por lo tanto es menester ser consciente de que el
navegar en ellas; sera sobre aguas calientes, y no abra posibilidad de
retroceder; sino de bogar con entereza, coraje y mucha inteligencia; sorteando
el oleaje que pueda devenir como posible tormenta.
En la disyuntiva, de ser primerizo y neófito en esta
lid, no se debe acopiar por convicción o por ignorancia; a la familia y el
entorno amical para el soporte de la aventura.
Si a muchos se les invitan por necesidad, otros se
sumaran por conveniencia; con el total se incrementara el tumulto, y se
aglutinaran aparentemente los justos y necesarios para alcanzar objetivos y aligerar
la carga. Pero no se deje bajo llaves el análisis sin desmenuzar del tumulto,
porque la suma negativa tendrá riesgos
que perturbaran la ayuda gestora, aventurando
mareas y desbordes.
Las responsabilidades que genera un país; tienen un
peso no imaginado, que muchas veces nublan la visión opacando hasta el
horizonte mas cercano, ocasionando la mas
incipiente ceguera; que por mas previsor que se pueda ser, hay
tropezones y caídas que desdicen y deslucen la fortificada o endeble capacidad
de gobernar; asomaran por esta causa, con razón o sin ella, los ilusos; estos muy
llenos de pecado que vociferan armados desde la otra orilla, lanzando
granizada, truenos, y vientos huracanados, propiciando tormentas para desestabilizar.
Pero no son solo estos pecadores, sino también y con
mucha mas trascendencia el mas cercano entorno de familia, que usurpa liderazgo
por el asomo constante, y desmedido que quita el aliento; debilitando el piso
para ganar espacios de gestion; porque el afán desmedido agrieta y empuja al promisorio
gobernante, desdibujando y ensuciando su
liderazgo, y mermando su poder.
¿Qué hacer ante estos sofocones que urticaria el
carácter? ¿Qué hacer para redibujar la credibilidad?
La fortaleza
se da con el reinventar la gestion; con la cura personal y del entorno; con
entender que no es una aventura o un sueño; sino una efervescente realidad que
debe asumirse como prominente líder; que basa su gestion en la visión para
competir y cumplir; sin las torpezas del entorno familiar y también de su
estructura gestora.
El ser muy
dialogante, comunicativo y concertador, permitirá trabajar sin dilación, en
equipo y sin supeditaciones; valorando y cuantificando las diferencias;
entendiendo que todo enseña y que es necesario, y muy prudente represar lo que
se aprende; que el camino por andar no es una fantasía, sino metas que se
pintan como grandes responsabilidades, que se agitan sobre tormentas que hay
que sortear con habilidad, encaminándose libre de estas, hacia nortes seguros,
manteniendo y profundizando el crecimiento sostenido; mostrándose como lo que
es; el gestor elegido y abanderado del pueblo.
UNIDOS
PODEMOS